En el contexto de la evolución tecnológica, la impresión digital también avanza y por ello vamos a remontarnos a 2010. En ese momento el mercado gráfico de impresora recibía a la tinta metálica.
Este tipo de tinta permite la posibilidad de añadir detalles en colores metálicos y ampliar d manera exponencial las posibilidades de ofrecer detalles diferenciales en productos de promoción comercial.
Están constituidas por partículas muy finas de pigmentos metálicos como bronce, cobre y aluminio que originan una superficie uniforme que causa un barnizado muy especial y llamativo y especial barnizado.
Se trata de tintas de bajo impacto ambiental, es decir, que no emiten compuestos orgánicos volátiles y no necesitan ventilación especial, de ahí que sean también inodoras.
Técnicamente permiten ampliar además el campo de reproducción en comparación al soporte tradicional gracias a su presentación como apta para imprimir sobre distintos tipos de sustratos, todo ello con una gran variedad de colores metalizados disponibles.
Si se desea dar efectos metálicos a una impresión, es sin duda la opción más económica y generalizada. Su buen resultado depende también del uso de papeles de poca absorción, así como papeles estucados para evitar la pérdida de efecto.