Cuando hablamos de una marca de más de 75 años de vida, siempre la asociamos a una imagen o logo ya muy arraigado, si bien todo tiene un punto en el que es necesario cambiar la imagen y actualizarla a los tiempos que vivimos con el reto de no perder la identidad.
Cola Cao ha sido una más de las marcas que ha dado este paso. Según Batllegroup, agencia encargada de ello, el objetivo era reforzar el liderazgo de la marca y evolucionar para conectar con el público actual transmitiendo cercanía y transparencia.
En este caso, los cambios consistieron en la modificación del código cromático, la inclinación así como las formas tipográficas. A esto se une una modificación del packaging en la que se trata de transmitir al cliente la historia del producto desde el cacaotero hasta que llega a nuestras manos para su consumo.
Todo esto se apoya en un pilar fundamental que es el de conservar la autenticidad y naturalidad de una marca presente desde 1945, una de las principales dificultades en toda rotulación, branding o grafismo.