Generar impacto – Los rótulos no deben ser simplemente algo informativo. Estos han de ajustarse a unos parámetros de forma, color, grosor, diseño, material, etc. que permitan crear un impacto.
Ganar visibilidad – La rotulación de una empresa al contrario de lo que se piensa no termina cuando el cliente que lo ve identifica el logotipo de una marca que conoce y entra en el negocio para satisfacer cualquier tipo de necesidad. Las grandes empresas, lógicamente, buscan algo más allá que eso a la hora de rotular sus sedes y oficinas. En concreto nos estamos refiriendo a la visibilidad de la marca.
Distinguirte de la competencia – Muchas empresas de gran tamaño se alojan en complejos de edificios o en zonas comerciales, no en los clásicos despachos de oficinas. Como es lógico estos últimos requieren de un mayor ingenio y creatividad, debido a que existe mucha competencia en los rótulos de las fachadas, ya que los edificios grandes presentan la necesidad de ofrecer rótulos llamativos y fácilmente identificables en el paisaje urbano, incluso desde la lejanía. Éste es un elemento significativo para darle a un edificio su propia personalidad y carácter
Gustar al público – Uno de los principales objetivos de cualquier marca es gustar y atraer a clientes. La originalidad es un valor al alza que no hay que descuidar. Pero ésta depende en muchas ocasiones de parámetros técnicos que permiten una perfecta comunicación de la idea del diseñador a su proyección real en el edificio o fachada donde se va a visualizar.