Si hay algo característico de la Navidad es la luz. Hablamos sin embargo de un tipo de luz muy particular, una luz que no vemos el resto del año y que plasma perfectamente el carácter navideño de estas fechas.
Uno de los elementos decorativos más típicos son las guirnaldas o ristras de luz. Se trata de luminarias en toda regla, lámparas con multitud de puntos de luz que pueden extenderse por cualquier lugar y que engalanan y adornan múltiples espacios, desde un balcón, a una estantería o a una ciudad entera.
Pero, ¿de dónde proviene esta tradición? Pues hoy en Rótulos Matesanz te lo contamos todo.
El inicio de esta tradición se sitúa en el siglo XVIII, y es la clase alta alemana quien de alguna manera lo instaura. Para ello no usaron bombillas, sino velas que se adherían a los árboles con alfileres o bien a través de la misma cera derretida,
Con el tiempo, en lugar de velas y para evitar el peligro que ello suponía, se usaron farolillos que integraban ya la vela para pasar en unos años al uso de la iluminación eléctrica.
El uso de la iluminación de Navidad para entornos de pública concurrencia (ciudades, pueblos…) se da a principios del siglo XX, desvinculandose entonces de su inicio atado a la decoración exclusiva de árboles.
De esta forma, desde Alemania, la costumbre se extendió hacia Norteamérica y Australia. En Inglaterra se bautizaron como las Fairy Lights en referencia a las hadas.