Nuestra trayectoria de más de 60 años no habría sido posible sin este protagonista. Cuando hablamos de tipografía lo hacemos de ese arte o técnica capaz de reproducir la comunicación mediante la palabra impresa, como así lo definió el británico Ruari Mclean.
Para entender la diversidad tipográfica que disponemos hoy en ía es necesario acudir al desarrollo del alfabeto y la escritura. El primer lenguaje escrito fonético del que se tiene constancia data del año 1.500 a.C, momento en el que los fenicios asignaron un signo para cada uno de los 22 sonidos consonantes.
La expansión a cargo de los fenicios da el salto hasta el 500 a.c momento en el que los romanos extendieron su imperio consiguiendo que el alfabeto romano se convirtiera en un conjunto de signos establecido en muchas partes de Europa y Asia Menor. En el alfabeto romano está el origen de la caja alta y la caja baja, es decir, nada más y nada menos que las mayúsculas y minúsculas. Esta distinción nació de la distinción entre cartas con estilo cursivo (minúscula) y demás documentos menos formales.
En un próximo post concluiremos este pequeño repaso al origen de la tan preciada tipografía. Mientras, en Rotulos Matesanz os atenderemos gustosamente.