Desde primeros del mes de abril hemos podido comprobar en nuestros paseos, viajes e idas y venidas diarias, como los rincones de nuestras localidades y ciudades se han llenado de carteles electorales que lanzan mensajes directos a los ciudadanos, pero ¿sabemos que mensajes ocultos nos lanzan?
No todo está escrito en mensajes, los carteles hablan sin hablar, maquillan y dejan ver los aspectos más fuertes de los candidatos y ocultan los puntos flacos de los mismos.
Si nos ponemos a analizar detenidamente los carteles electorales podemos sacar cientos de conclusiones que a simple vista no vemos.
Por ejemplo, un cartel en blanco y negro nos puede transmitir serenidad, antigüedad y por lo tanto, experiencia y saber hacer. También sirve para desviar la atención de las posibles imperfecciones que puedan tener. Al gobernar el fondo blanco, se transmite limpieza y transparencia.
La sonrisa del candidato no puede transmitir también paz y serenidad, en caso de no ser una sonrisa muy forzada, de anuncio de dentífrico que puede denotar demasiada perfección.
La forma en la que aparece vestido el candidato también nos está lanzando mensajes subliminales. Si aparece con traje y corbata, si la corbata se deja ver en la imagen o solamente se intuye, el aspecto informal y presidencial que muestra el candidato con su postura, con su mirada….
Los símbolos o logos que aparecen en los carteles también transmiten mensajes, transmiten seguridad o valores.
Podemos encontrar la ausencia del candidato en el propio cartel. La imagen de un eslogan con un logo o simbología que representa al partido, a su nacimiento, también es otra de las tácticas de comunicación no explicita que aparece en los carteles electorales que invaden nuestras calles.
Como puedes comprobar, nada se deja en el aire, todo se controla y todo tiene un significado y valor y pretende despertar una determinada reacción al receptor de la campaña.