El rótulo siempre ha sido una de las piezas fundamentales dentro del campo de la publicidad y el marketing. Tenemos constancia de su uso desde hace muchos siglos, desde la época egipcia pasando por la cuna de la historia en Roma o Grecia. Los mercaderes los utilizaban a modo de cartel para señalizar sus puestos y promocionar sus servicios colocando a la entrada de las ciudades mensajes escritos en piedra para ganar popularidad y ventas. Hoy en día se sigue utilizando con la misma finalidad, sin embargo, existen algunos que más que actuar como valla publicitaria ya se han convertido en iconos de la cultura de distintas ciudades alrededor del mundo.
Este es el caso del famoso rótulo del Moulin Rouge, el cabaret más conocido de París. Al igual que ocurre con las luces de Picadilly Circus en Londres o la mítica publicidad de neón del Tío Pepe en Madrid, éste se ha convertido en un símbolo reconocido por todos. El Moulin Rouge es la atracción más turística del barrio de Monmatre y su imponente fachada está iluminada en rojo acompañada del característico molino y las letras luminosas del cabaret. La vida bohemia de los que allí residen o frecuentan el Moulin Rouge comenzó a verse todavía más agitada tras el estreno de la cinta cinematográfica que protagonizaron Nicole Kidman y Ewan McGregor en 2001 con el mismo nombre.
