Hoy en día los letreros y rótulos forman parte del paisaje urbano y, algunos de ellos, han alcanzado protagonismos inesperados por su notoriedad y repercusión.
Hablar de la Puerta del Sol de Madrid, es hablar del cartel luminoso de Tío Pepe. Desde 1935 los visitantes de la Puerta del Sol pueden apreciar este cartel que se instaló con fines comerciales, pero que con el paso del tiempo le ha sido reconocido un valor simbólico desde el Ayuntamiento.
El primer cartel de González Byass se colocó sobre el Hotel París, en el número 1 de la Puerta del Sol, con motivo del centenario de la bodega jerezana. Consistía únicamente en una copa de jerez sobre el rótulo González-Byass, junto con las palabras vino, jerez y coñac. Su diseño evolucionó pocos años después a la actual botella llevando una guitarra vestida con chaquetilla y sombrero, manteniendo el nombre de la bodega y sobreponiendo la marca Tío Pepe.
En 2006 el Hotel París echó el cierre y el edificio quedó abandonado. En 2011 se procedió a su derribo, lo que obligó a retirar el anuncio. Debido a que el nuevo propietario del edificio no quiso mantener la publicidad y la ordenanza municipal contra la contaminación lumínica, el cartel estuvo al borde de su extinción. Se recogieron más de 50.000 firmas a favor de mantener el cartel en la Puerta del Sol y el alcalde le concedió el indulto debido a su valor sentimental.
Actualmente se encuentra en el edificio número 11 de la Plaza del Sol.